martes, 27 de octubre de 2009

Si Maquiavelo levantara la cabeza...

El cambio de hora es un pésimo invento, hijo.
¿Por qué? Pues porque cuando me sobra tiempo, me da por pensar, y cuando pienso lo hago en cosas como ésta:
Tengo tres nietas.
Espero casarlas en los próximos cinco años.
Mi intención es vivir al menos un par de décadas más.
Si se reproducen, cada una podría tener, digamos, un máximo de tres hijos.
Ergo
…antes de morirme podría juntarme con nueve biznietos.

Nueve.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve.
Nueve individuos que serán carne y sangre de mis nietas.
Nueve niños gritones, meones, cagones y llorones que me estropearán el momento de la telenovela.
¿En qué demonios estaba pensando cuando me obsesioné con la idea de encontrarles un marido?
¡Ah, sí! En que era la única forma de que se largaran de casa de una vez y poder ser la dueña y señora del mando a distancia.
Entonces la cuestión es, ¿cómo consigo casarlas a todas evitando que traigan al mundo a su infame prole?
Algo se me ocurrirá. Pero se aceptan sugerencias.

(Vale. Has contando el número de bebés de la foto y resulta que sólo hay ocho. No te pongas en plan caprichoso, hijo. No es culpa mía que los partos de ¿nonallizos? sean uno entre mil millones)

4 comentarios:

Liki dijo...

Jajaja... ¿Sugerencias? Podrías ponerles unas bragas con candado y esconder la llave...

Verónica Valenzuela dijo...

cortarles el pitoa sus maridos y torarlo por la taza del vater ( también se admite hacerles un molde de escayola del miembro para que lo recuerden ) .

Yoryi dijo...

Jeje muy bueno Doña María. Podria contarle a sus mardos us teoria de los nonallizos, seguro que alguno se asusta ¿No cree?

Doña María dijo...

Mis queridas niñas,
gracias por vuestros inspiradores consejos. Los tendré muy en cuenta. Por suerte aún tengo tiempo para meditar la cuestión, ya que dudo mucho que alguna de mis nietas vaya a encontrar un pardillo que quiera aguantarla en un futuro cercano.
Un abrazo