domingo, 6 de diciembre de 2009

Esqueletos en el armario

-Perdóneme, padre, porque he pecado.
-¿Otra vez por aquí, doña María? ¿No nos vimos la semana pasada?
-¿Sí? No lo recuerdo. ¿Acaso lleva usted un registro?
-Lo llevo. ¿Y qué ha hecho esta vez?
-He ocultado la verdad.
-Ya veo. ¿Como cuando no le dijo a su nieta la empresaria que habían llamado del banco y estuvieron a punto de embargarle la casa?
-Peor.
-¿Como cuando no le dijo a su nieta la licenciada que habían adelantado la hora de su entrevista de trabajo, porque estaba enfadada con ella por haberla obligado a comer lentejas?
-Peor.
-¿Como cuando no le dijo a su nieta la emancipada que había un piso de alquiler muy barato cerca de su casa para que se fuera a vivir bien lejos de usted?
-Peor, padre, peor.
-Pues no sé si habrá penitencia para nada peor, doña María. ¿Qué es lo que ha hecho?
-He fingido ser una abuela de verdad.
-¿Cómo?
-Pues verá, padre. Resulta que un día se me ocurrió crear un blog para dejar constancia de mi paso por este mundo y lamentarme amargamente de las perrerías que me hacen mis nietas. Pero puede que, tal vez, por casualidad, de forma accidental y sin ninguna premeditación, se me olvidara mencionar que no soy una persona de carne y hueso.
-Ay, doña María, doña María. Es usted incorregible. ¿Y no se le ocurrió pensar que alguno de sus lectores podría creer que era usted real?
-La verdad es que no, padre. Ni se me pasó por la cabeza. Yo sólo quería llenar un vacío. ¿Sabe usted que mis nietas se criaron en una cultura sin abuelos? Le diré cuáles fueron sus referentes: el abuelo de Heidi (que se pasaba todo el día solo en la montaña… con las ovejas), la abuela de Caperucita (que se hacía la enferma y obligaba a su pobre nieta a adentrarse sola en un bosque plagado de animales salvajes) y el abuelo de los Simpsons (que… era el abuelo de los Simpsons). Alguien tenía que asumir la tarea de dar ejemplo a nuestros jóvenes, padre.
-Muy loable por su parte. Pero la cuestión es: ¿está arrepentida?
-Sí, padre, mucho. Mucho, mucho, mucho. Tanto que incluso he pensado en mi castigo. ¿Le parece justo que rece diez rosarios y además haga una sustanciosa donación a la parroquia?
-Me parece justo. Pero además, tendrá que “salir del armario”.
-¿Padre?
-Confesar, doña María, confesar. Ya sabe, algo como: “Sólo soy una abuela de papel. Si me pinchas no sangro, si me haces cosquillas no río, si me envenenas no muero, si me ofendes…”
-… si me ofenden encontraré la forma de vengarme, padre. Por muy de mentiras que sea.
-¿Ya está pensando en nuevas formas de pecar?
-No, padre, no. Una y no más, se lo juro por Dios.
-¡Eso es una blasfemia!
-¡Mil disculpas! Añadiré otro rosario a mi penitencia. Pero, padre, ¿cree…?
-¿Qué?
-¿Cree que me perdonarán?
-Sólo el Señor lo sabe, doña María. Aunque debería prepararse. Por si deciden todos enviarla al Infierno.

24 comentarios:

Ana Iturgaiz dijo...

¿Cómo, Doña María? ¿Qué no es una abuela de carne y hueso? ¡ummmm! ¡y yo que tenía la ilusión de encontrarla por la calle en cualquier momento! ¡Si hasta le he robado el block de los autógrafos de la Disney a una de mis hijas y lo llevo en el bolso desde hace semanas! En fin, es lo que tiene el mundo de hoy, que todo parece sacado del celuloide. De todas maneras, cuento con usted para seguir alegrándonos los desayunos. Hacía años que no me reía tanto leyendo algo como en estos últimos meses.
Un beso de una a la que le gustaría ser su nieta "ficticia".

Liki dijo...

Vaya... ¿A si que no eres real...? Con esto has querido decir que eres una chica de 20 años que se aburría... ¿O qué? En fin, da igual. Seas quien seas, yo me rio.

Mª Ángeles dijo...

Bonito cuento, si señora.
Yo también me sumaría de buena gana a ser de tu familia, pero no de nieta, sino de hija (40 años).
Me alegro de haber pasado por aqui y saludarte. Me gusta tu blog.

Yoryi dijo...

Doña María, entonces... ¿Quien es usted?¿Es como dice Liki una jovenzuela aburrida?¿Es un fantasma?¿Es un perro?¿Quien o que es usted Doña Maria(si ese es su verdadero nombre)?

Kiwi dijo...

Ya??
Tan poco te ha durado??
Qué te costaba mantener la treta un poco más?? Ahora el blog ya no tiene tanta gracia si reiteras que no eres una abuela real...

En fin. Qué se le va a hacer. Espero que sigas haciendo el papel de abuela. Yo me río mucho contigo y tus nietas, de modo que no me importa que tengas veinte u ochenta años.

Pocas veces se encuentra una mente despierta y ágil con éste humor. Y espero que sigas por aquí, eh? Que aunque nos veamos en el infierno, pequeña pecatricci, no significa que tengas que parar de inventar :D


Saludos de kiwi chistera!!

Érika Gael dijo...

Es usted un ídolo de masas, Doña María, y eso no lo va a cambiar ni su nieta la licenciada!

Un beso a las dos (bueno, a la abuela con un palo, que lo mismo me arrea)

Diana Ginkgo dijo...

Bueno he de decir que ya me esperaba. No me importa, lo que si es que me hubiera gustado seguir imaginando que una persona tan mayor podría hacerme reir de esa manera. Lo que quiero decir es que ahora será menos impresionante. De todas maneras seguiré paseandome por aquí.

Besos!

- Bella - dijo...

¡Yo me parto contigo! Sobretodo con lo que encuentro en la sidebar xDDD.

Pienso lo mismo que por ahí arriba, que si eres una tía de veinte años sin nada mejor que hacer que decir que tienes ochenta, pues bienvenida seas, ''al menos has salido del armario Doña María'' xD.

muá!

Dara dijo...

Doña María, ¿no sabe usted que las abuelas de mentira son las mejores del mundo? Vale, no te hacen bocadillos de filadelfia, pero tampoco te echan la bronca por llevar la falda demasiado corta o por haberte teñido el pelo de azul eléctrico.

miaus
de
mentira
para
usted

Dinsmoor dijo...

ja,ja,ja, es que era obvio Doña María... lo que hace bueno el blog es que pude ver un poco a mi abuela acá- Muy bien logrado...Un beso!

ANA dijo...

no debería haber confesado usted, doña maría... esa gente de negro con cuello blanco no trae nada bueno...

;)


un besazo

Victoria Rodríguez dijo...

Doña María... Yo seguiré riéndome de verdad con sus ocurrencias, aunque usted sea de mentira. Ya quisieran muchas personas reales tener la gracia que tiene usted.

Besos

Olivia Ardey dijo...

No me creo naaadaaaa. Si piensa que con el rollito del cura nos va a convencer... ¿Qué ha pasado, Doña María? ¿Bronca familiar?... pura envidia, seguro. Déjese de rollos y siga escribiendo, que sabemos muy, pero que muy bien, que sí existe y por algún motivo sus nenas le han llenado la cabeza de pájaros para que nos cuente esta milonga, vaya usted a saber con qué aviesas intenciones.
Oídos sordos y a seguir ciberexplayándose para nosotros.

Wouh. dijo...

Gracias doña María, su comentario si que me hizo pensar en el futuro de aquella amistad perdida en un bosque de arboles con espinas.

cuídece mucho :D

Camaleona dijo...

Doña María, creo que sus nietas han querido vengarse de usted por todas las burrerías que les hace, han encontrado su blog, han averiguado la clave, han escrito esta entrada para hacernos desistir (a sus seguidores que tanto la queremos y admiramos) diciendo que usted no es de verdad.
Bobadas!!

Diane Ross dijo...

¡Ey! Doña María, fantástico, como siempre ^^

Ñaaam, es usted una abuela muy... xD

Saludos de colores =)

Nieves Hidalgo dijo...

Mujeeeeeeeeeer, diez rosarios es demasiado para una falta tan pequeña.
Ay, que me siento un poco culpable de su confesión....
Ahora ya tiene usted a todo el mundo revolucionado intentando saber quién es. jajaja

Sea una venerable anciana o una chica de rompe y rasga, sigue usted escribiendo como los ángeles.

Un beso fuerte

Pilar Cabero dijo...

Ay, doña María, ficticia o no, siga escribiendo en este blog tan estupendo que tiene. Somos muchos sus seguidores y no queremos quedarnos huerfanos de abuela tan pronto.
Besitos

Ángeles Ibirika dijo...

En este mundo de Internet en el que pocas cosas son lo que parecen, Doña María, hoy, es más de verdad que nunca.

Gracias por los buenos ratos que nos ha hecho pasar, y millones de gracias por los que aún nos quedan. Porque, Doña María, nos encanta venir a su casa, sentarnos en sus viejos sofás de muelles, y escuchar sus historias.

Para la próxima visita, pienso traerme mi cafelito en un termo, ya que usted no nos ha invitado nunca ni a una mísera taza ¡jejeje!

Un beso en los morros, Doña María. Espero que le sepa a gloria.

soystef dijo...

oH!!!!!!!! .
esta entrada no es su despedida no Doña María?....yo me divierto y me imagino e imagino muchisima con cada entrada que usted escribe....ay! no se vaya..la extrañaré :')

Víctor dijo...

pues vaya, qué desilusión. Aun así, es inevitable reírme con su blog, doña María.

L dijo...

Era obvio que escribiendo así, te iban a perdonar la mayoria.
Yo no me quedo atrás, también lo hago.
Doña María, esto es como en la película de La Señora Doubtfire, se ha roto el encanto debajo de las fajas pero los niños..¡¡Seguimos queriendo dosis de abuela!!

Además, quien dice que no sea otra mentira...
La verdad nunca es del todo llena.

Patricia Sutherland dijo...

¡Pero Doña Maria, ¿cómo puede ser que me salte el Reader unos días y al retomarlo me la encuentre en el confesionario?!
Superado el primer momento de confusión, y tras una lectura minuciosa sigo sin entender por qué ha sentido la necesidad de confesarse... Claro, que mientras lo entienda usted, ¿a quién le importa? A mí, desde luego, en lo más mínimo.
La conozco y sé que no es una anciana. En este sentido, quizás alguien podría decir que juego con ventaja. Pues, que lo digan. ¿Sabe qué es lo que encuentro más sorprendente de este blog suyo? Que cuando la leo no consigo ver -ni oír- a la persona que conozco, sino a una yaya de armas tomar.
En mi pueblo, a eso se le llama "bordar un personaje".
Hala, que siga usted bien, y especialmente, tan ingeniosa y divertida como siempre, Doña María :-)

Nat dijo...

Jajajaajajajajajajajajajaja. Pues a mi me gusta tal y cómo usted es, Doña María. Es una de las personas más divertidas que he conocido ultimamente, fijese... Jajaja, divertida a su manera claro. =)

Y perdón si le molesta que ya se haya convertido en una abuela más para mi.