martes, 12 de mayo de 2009

Nadar contra corriente. ¿Y para qué?

Lo he intentado con todas mis fuerzas. De verdad que sí, hijo.
He puesto todo mi empeño, todas mis ganas y aún así no he tenido más remedio que rendirme.
¡Yo! Que durante toda mi vida he luchado con uñas y dientes para resistirme a la atracción de los fenómenos de masas.¡Yo! Que he despotricado de una y mil maneras contra los borregos que se unen para gritar al unísono: ¡¡Beeeeeeeeeeeee!!
Mírame ahora. Como diría mi nieta la mayor: me he bajado los pantalones.
Lo peor es que mi plan estaba funcionando. Llevaba cuatro días encerrada en casa, con las persianas bajadas y la televisión desconectada. Sólo salía de la cama para comer e ir al retrete y aún así me han atrapado.
La culpa la tiene mi nieta la pequeña. Maldita sea su estampa. Para una vez que se le ocurre pisar mi casa y lo hace vestida con esa camiseta.
La rojiblanca.
Fue verla y sentir la fiebre. La euforia me invadió y la adrenalina recorrió mis viejos miembros. Me sentí poseída. Salté de la cama, salí a la terraza vestida solo con mi camisón y grité a los cuatro vientos:
«¡¡¡Athleeeeeeeeeeeetic!!!»
«¡¡¡Riau!!!» contestaron varios forofos que pasaban por la calle en aquel momento.
Fue un momento mágico. Orgásmico (sí, hijo, no te me sonrojes, que yo también he sido joven y he tenido mis… ejem… gratificaciones).
Así que aquí estoy. Sentada en el sofá viendo el Teleberri, con mi camiseta a rayas rojas y blancas, mi gorra con el escudo del Athletic y la bufanda alrededor del cuello. Yo, que nunca he sido futbolera y no tengo idea del nombre de uno solo de los jugadores. Si hasta he convencido a mi nieta la pequeña para que cuelgue una bandera en mi balcón.
La muy zorra dice que soy una vendida. Una chaquetera. Me ha llamado traidora, “esquirola” porque ni siquiera soy de Bilbao.
Hoy todo me da lo mismo. Hoy hasta podría aceptar dejarle mis perlas cuando me muera. Porque los de Bilbao nacemos donde queremos y nos empadronamos cuando nos da la gana. Nunca es tarde, hijo. Aprovecha y únete a nosotros.
Mañana es el gran día.
Espero que Dios no me la juegue, me conceda una prórroga y me permita disfrutar del partido del siglo.
Porque…
¡¡¡ESTA COPA, LA VAMOS A GANAR!!!


Lástima no tener ¿treinta? ¿cuarenta? años menos para haber ido a Valencia, porque como ganemos ¡van a tener unas nuevas Fallas!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ESOS BORREGOS BUENOS! AUPA ATJLETIC!!!;)

Anónimo dijo...

Estaba yo escuchando ahora mismo a Ray Peterson el dramón emotivo de canción "Dile a Laura que la quiero"... total que he dicho.... voy a ver qué tal está doña María....

Ya veo, ya.... menudo disgusto.... con el primer gol una ilu que para qué..... en fin, sólo decirle si le consuela que aquí en la vida se han visto tantas camisetas a rayas y pelucas rojas (los de rayas blaugranas hicieron un desembarco masivo en trenes a última hora, pero los vascos se tiraron un par de días de visita turística).... un encanto de vizcaínos sus paisanos.... un verdadero encanto.