jueves, 7 de mayo de 2009

El pan de cada día

A ver si me explico.
¡Yo tengo una vida!
Tal vez te pienses que mi día a día se reduce a contar los minutos sentada en el sofá mientras intento contener al máximo las ganas de visitar el retrete.
Pero te equivocas. Y de qué modo. Lee y aprende. Mi rutina en 15 pasos.

1. Abro un ojo y me aseguro de estar todavía en este barrio. Me levanto, me cambio de ropa y hago mi cama (se sobreentiende que entremedias he visitado el baño para mear y para peinarme los cuatro pelos que adornan mi preciosa cabecita).
2. Desayuno. Bueno, sólo si me acuerdo.
3. Bajo a casa de mi hija y, si mis nietas continúan durmiendo, les enciendo la luz y las obligo a despertarse para que me enciendan el televisor.
4. Me siento en el sofá, encajo mi cuerpo en la silueta que he dejado en los cojines y me preparo para la maratón.
5. Me informo de lo que ha pasado en el mundo con Los desayunos de TVE.
6. Me trago Saber Vivir, porque no sé si lo sabes, pero cuando llegas a viejo quieres conocer hasta el más mínimo truquito para prolongar un poco más tu patética existencia.
7. Veo Esta mañana. Sé que algún día no muy lejano, mi vecina aparecerá en pantalla por haber matado al idiota de su marido de un buen sartenazo.
8. Me siento en la mesa para comer. Para entonces alguna de mis nietas ya ha regresado del trabajo y me ha preparado la manduca.
9. Me como el postre y me vuelvo al sofá a ver el telediario.
10. Empieza mi parte favorita del día: mis nietas quieren ver ese programilla de bailarines mariquitas y yo quiero ver La Primera. Así que inicio la táctica de “El día de la marmota”.
11. Después de una hora mis nietas se tiran de los pelos, se rasgan las vestiduras y cambian de canal. Comienza el culebrón: primero Amar en tiempos revueltos, luego Doña Barbara y después Victoria. No me entero de nada porque me paso todo el rato roncando en el sofá.
12. Me despierto a tiempo para ver España directo y después Gente. Sigo esperando ver a mi vecina con los rulos en la cabeza y la sartén en la mano. Otro día será.
13. Me dan de cenar. Mientras tanto veo el telediario y me sorprendo con cada noticia porque la verdad es que se me ha olvidado todo desde la hora de la comida.
14. Comienza la fase 2 de “El día de la marmota”. Mis nietas quieren ver una serie de esas creadas por el Maligno y yo sigo queriendo ver La Primera. Los ojos me escuecen más que nunca, no puedo abrirlos, necesito gotas y gotas y gotas. Pero las muy jodidas hacen oídos sordos de mis súplicas y concentran toda su atención en el televisor.
15. Derrotada me subo a mi casa y me meto en la cama. Tardo un minuto en quedarme dormida. Mi último pensamiento: “Mañana más”.

¿Te parece que con semejante agenda tengo tiempo de preocuparme por escribir en este maldito blog? ¿Y si me pierdo algo importante? ¿Y si descubren la cura contra el mal que aqueja mis ojos y yo no me entero? ¿Y si anuncian que me van a subir la pensión y yo estoy por ahí tratando de idear una historieta para contarte?
¡Búscate una novia, hijo! ¡Insiste con la tetona!
No es sano que estés obsesionado conmigo, ¡podría ser tu abuela!

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