Yo.
Ya sabes, pequeña, encorvada, escaso pelo blanco en la cabeza y cara de urraca.
Vestida con mi bata rosa de lana y mis zapatillas azules forradas de borreguito.
(Ni se te ocurra intentar imaginar lo que llevo debajo, depravado)
Una sonrisa desdentada de oreja a oreja.
Los brazos en alto. Castañuelas en las manos.
Y… bailando una jota navarra en el salón de casa.
Lógicamente te preguntarás: ¿por qué se arriesga Doña María a romperse la cadera y terminar en una silla de ruedas para el resto de sus días?
Pues porque estoy de celebración.
¡¡¡Mi nieta la pequeña se ha marchado de casa!!!
Desde que ayer por la noche cogió las maletas y salió por la puerta no puedo dejar de bailar, porque, demonios, ya iba siendo hora de que una de estas harpías abandonara el nido.
¡Una menos con la que pelearme por el mando a distancia!
¡Una menos que me dibujará bigote en la cara cuando me quede dormida en el sofá!
¡Una menos que tratará de engatusarme para que le deje mi piso cuando muera!
Deberías haber visto el momento de la despedida.
Mi hija era un mar de lágrimas.
Mi nieta la empresaria era un mar de lágrimas.
Mi nieta la licenciada era un mar de lágrimas.
El perro era un mar de lágrimas.
Yo por el contrario, seguía con mi baile particular. El gato y una servidora fuimos los únicos capaces de conservar la compostura. ¿Llorar para qué?
Que se vaya, que se vaya.
Y que no vuelta. Ya tengo planes para su habitación.
(Sí, ya sé que la foto la he usado en otra ocasión, pero es que estoy haciendo algo muy moderno. Se llama reciclar. Otro día te doy una lección sobre el tema, hijo)
Pues porque estoy de celebración.
¡¡¡Mi nieta la pequeña se ha marchado de casa!!!
Desde que ayer por la noche cogió las maletas y salió por la puerta no puedo dejar de bailar, porque, demonios, ya iba siendo hora de que una de estas harpías abandonara el nido.
¡Una menos con la que pelearme por el mando a distancia!
¡Una menos que me dibujará bigote en la cara cuando me quede dormida en el sofá!
¡Una menos que tratará de engatusarme para que le deje mi piso cuando muera!
Deberías haber visto el momento de la despedida.
Mi hija era un mar de lágrimas.
Mi nieta la empresaria era un mar de lágrimas.
Mi nieta la licenciada era un mar de lágrimas.
El perro era un mar de lágrimas.
Yo por el contrario, seguía con mi baile particular. El gato y una servidora fuimos los únicos capaces de conservar la compostura. ¿Llorar para qué?
Que se vaya, que se vaya.
Y que no vuelta. Ya tengo planes para su habitación.
(Sí, ya sé que la foto la he usado en otra ocasión, pero es que estoy haciendo algo muy moderno. Se llama reciclar. Otro día te doy una lección sobre el tema, hijo)
17 comentarios:
Es refrescante leerte y ver esa gran dosis de humor en cada línea.
Me encantan tus relatos, porque me hacen sonreír.
Un beso
Tenga cuidado, Doña María, a ver si le va a pasar a usted algo ;)
Enhorabuena doña María, y ¿Qué tiene pensado para el cuarto de la nieta?
Por cierto, ¿nunca ha pensado en escribir un libro?
Doña María ¿pero no echará de menos a su nieta?
Y tenga cuidado con su peculiar baile, a ver si se va abrir la cabeza al final y nos vamos a quedar sin más entradas de este maravilloso blog.
Saludos de colores =)
Gracias, niñas, por preocuparos por mí. Pero de momento mi cadera aguanta, así que yo sigo bailando. ¿Yo, refrescante? Imposible.
¿Echar de menos a mi nieta? Ni hablar. ¿Escribir un libro? ¿Para qué? ¿Para que mis nietas disfruten de los posibles derechos de autor? Nunca.
Un abrazo
ENHORABUENA, ¡ja! ya quedan menos... usted aguante, aguante y tenga paciencia... que al final conseguirá deshacerse de todos...
"(Ni se te ocurra intentar imaginar lo que llevo debajo, depravado)"
mmm... no puede usted decir eso y esperar que no nos lo imaginemos, doña Maria...
miau
grandote
De verdad. Es usted genial, no sé. Me he reído TANTO imaginándome la escena de todas llorando y usted impasible.. Ojalá mi abuela (arpía doméstica) fuese un poco más parecida a usted y un poco menos idéntica a Satanás!
Sabe que mi vecina se llama María? Es una anciana adorable, todos en la calle la conocemos como la sra. María (sí, en Barcelona somos así de originales)
Un beso muy fuerte :)
¡Felicidades! que es sólo la primera, ya verá usted como en un par de años se deshace de todas ellas. Así, poco a poco, podrá ir escalando posiciones para conseguir la habitación más grande. ¡Ah! y si su nieta la licenciada se resiste, búsquele a un barbudo, seguro que le gusta. ¡Ya se sabe que esta juventud de ahora...!
Pues sí, pues sí. Seguro que antes o después todas abandonarán el nido. Gracias por vuestro apoyo.
¡Marco! ¡Que no me entere que torturas a tu abuela!
Pérdoneme, padre, porque he pecado... Pero que conste que no es mi culpa, que si la vi fue por un puro afán de recordar a cierta persona muy importante para mí, que ahora mismo ya no está.
No le negaré que intenté leerme esa saga y volverme adicto a ella, porque me dije "hombre, si le gusta a tanta gente, igual tiene algo bueno"; pero, en cuanto me di cuenta de que era un desastre literario, le devolví a mi amigo el libro que me había dejado!
un placer que lea y comente mi blog.
Oh, y en cuanto a lo de mi abuela... Apenas unos latigazos y un paseo con una cruz a los hombros! Aparte de eso, la trato como a una reina.
Ai, si usted supiera...
Muy, muy bueno.
Genial.
Y creo que me voy a quedar para refrescarme con tu ritmo desenfadado.
Saludos!!!
Querida Kiwi,
tu foto parece deliciosa.
Marco, Marco, Marco... ¡sé bueno!
Doña María su comentario en mi blog me hizo pensar en quees verdad, yo no debo porque desaparecer es ella la que tengo que hacer desaparecer ^^
cuídece mucho (:
Le pido de rodillas que actualice. Por favor. Necesito una fuerte carga de energía positiva, de ésa que sólo sus bailoteos logran transmitir.
Hola,Doña María. Está claro que en la vida no se puede tener todo, pero con el humor que gastas y con el que nos deleitas, no hace falta mucho más.
Eres genial y me lo paso estupendamente leyendos tus post.
Me hacen sonreír y hasta reír y eso no se paga con nada.
Felicidades por ser tan estupenda.
Un beso
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